Bien, ésta podría ser la pregunta del millón… Sin embargo, la respuesta es fácil: a través de la grafoterapia o reeducación de la escritura.
Hoy en día, que además con el uso de la tecnología y los teclados hacemos un menor uso del lápiz y papel, cuántas veces no nos habremos dado de bruces por entender qué nos ha recetado el médico en la receta; o bien, qué productos habíamos anotado en la lista de la compra o cuál es ese número de teléfono que tomamos rápidamente; o cómo es posible que mi hijo, sobrino o alumno pueda estudiar con unos apuntes tan desordenados e ilegibles.
Cuando la escritura presenta numerosos errores en su formación y/o trazado haciendo las letras deformes, imperfectas y la escritura parcial o totalmente ilegible, sin que haya un problema de inteligencia o déficit neurológico del escribiente, estamos ante una clara disgrafía, que es un trastorno de la escritura principalmente debido a que el individuo no ha alcanzado una madurez motriz.
En ambos escritos observamos una clara disgrafía. Hay desorden y falta de armonía en todo su escrito: mala distribución del texto dentro de la página, letras deformadas, aumento brusco de algunas letras, inapropiada separación entre palabras y entre líneas, etcétera.
Gracias a la grafoterapia o reeducación de la escritura podremos mejorar la escritura de forma claramente visible.
Y, ¿ cómo?: Sigue leyendo