La escritura manuscrita constituye un medio de expresión así como de desarrollo personal. Su aprendizaje es un proceso evolutivo que se desarrolla gradualmente y no siempre va al mismo ritmo que el aprendizaje de la lectura.
En el aprendizaje de la escritura manuscrita en los niños se requiere de una preparación previa que incluye diferentes ejercicios de psicomotricidad. A continuación paso a enumerar algunos de ellos:
1. Conciencia de la parte derecha e izquierda del cuerpo.
2. Ejercicios de coordinación general y de equilibrio.
3. Actividades y ejercicios de relajación.
4. Trabajos de motricidad fina que coordinen brazo, muñeca y dedos.
5. Enseñar a utilizar una postura correcta de espalda, tronco, brazo, mano y toma del lápiz.
El aprendizaje inicial de la escritura, implica una etapa larga, deliberada y consciente. La realización de las primeras ejecuciones produce fatiga y contracción en grupos musculares que no intervienen directamente en la actividad, como son los músculos del brazo y del hombro. En la medida que se practica y se domina, el esfuerzo se circunscribe a los músculos que intervienen directamente. En el caso de la escritura: el antebrazo, la muñeca y los dedos.
Gracias a la repetición y práctica de la escritura, se consigue una automatización en la ejecución. De ahí, la importancia de una correcta preparación que quedará grabada, para siempre, en nuestro subconsciente.
María Nogales