Frase octubre 2012
Responder
…el calígrafo (y todos somos calígrafos de alguna manera en algún momento de nuestra vida) disfruta, percibe una sensación placentera en esa relación entre la mano, el papel, la tinta y lo que se quiere decir. El calígrafo, por ese acto de suprema concentración o abstracción, reflexiona, ordena el pensamiento, se ofrece al otro: a quien le vaya a leer.
Antón Castro, poeta y periodista
(Extraído de «Un amanuense de metáforas»)