Que vivimos en un mundo dónde «la tecla» y «lo táctil» adquieren cada vez más importancia, es algo obvio. ¡Es el mundo tecnológico! Sin embargo, no debemos olvidar que la escritura manuscrita nunca morirá; especialmente por ser aprendida en la escuela y por su importancia para el aprendizaje y la formación en general.
La caligrafía es armonía. Y por ello, tanto diestros como siniestros pueden seguir unos pautas que permitan que tanto el cerebro como el cuerpo ( la columna vertebral, el brazo, la mano) y como el papel o el bolígrafo se coordinen y creen una escritura bella y armónica sobre el papel.
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